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lunes, 3 de septiembre de 2012

De la comunicación oral a la virtual: los sentidos como oxígeno comunicativo



Retomo la dinámica de trabajo de este espacio con una experiencia realizada este verano. Observaréis que es un testimonio polifónico, pues lo voy a contar en común con uno de los animadores, José Antonio Gabelas, que motivó la dinámica en la que yo participé. Agradecemos desde aquí a otros dos compañeros del curso y del Máster Raúl y Javier por las fotos y la grabación que aprovechamos.

Este verano, el Máster de Redes de la UNED, organizó por segunda vez un curso de Redes sociales y aprendizaje digital, para analizar y experimentar con las potencialidades educativas y comunicativas de las redes sociales. Una de las sesiones, la dedicamos a explorar las posibilidades de interacción de la virtualidad. Construimos un escenario psicosocial en el que los participantes experimentaron la relevancia de los sentidos en la comunicación, así como sus presencias, mutaciones y ausencias en las interacciones virtuales mediadas por la tecnología.

El diseño y construcción de este "escenario simulado" se ubicó en otro contexto, un autobús dotado de múltiples ordenadores conectados a la red, situado en una de las plazas del pueblo El Barco de Avila. En un "cinturón" de pantallas conectadas entre sí y a la red que rodearon a los participantes, un espacio físico central interior en el centro del autobús... Todos estos espacios físicos y presenciales, simulados y virtuales, generaron una dinámica que nos gustaría explicaros.

 

Surfeando por twitter podemos encontrar esto de Cristóbal Suarez  que alude a un relato de Julio Cortázar y que describe el modo de entristecer, estructurar, planificar, curriculear... la educación. El objetivo de estas dos horas, fue justamente lo contrario.

Redescubrir el valor de lo no estructurado en la formación como un evento abierto, menos directivo, y autogestionado por sus miembros añade al aprendizaje la oportunidad de ir desde nuestra experiencia a la de los otros, y viceversa; esto es, de forma más significativa, porque lo buscamos, porque lo construimos. Para entender cómo aprendemos es necesario conocer, además, cómo nos organizamos y cómo dinamizamos nuestras redes sociales en Internet.
Comenzamos con un juego de rol en el que un grupo asignado (cuatro personas) accionan la dinámica. Cuatro de los participantes conversan con los ojos vendado, durante los cinco minutos que dura el primer debate, que abrimos con la siguiente cuestión: ¿Son las redes sociales algo más que una moda o una tendencia? El resto del grupo, se ha repartido por grupos reducidos de tres o cuatro y disponen de ordenadores y conexión. Cada grupo se ha abierto un microespacio en la red, donde compartir con los otros sus comentarios en el timeline mientras esas opiniones se van cruzando con las de los participantes en la conversación.


En una segunda tanda de cinco minutos, esta vez sin venda en los ojos, los mismos participantes comienzan su segundo debate, en torno a una segunda cuestión: ¿Faceboock o Twitter? Como en la vez anterior el resto de compañeros participa con sus anotaciones.




Queremos precisar que la intención de la dinámica no era centrarnos en las redes sociales, las modas o las verdaderas preferencias de los parcitipantes en cuanto a qué red social usar, lo que interesaba era que los participantes se planteasen cómo invervienen los diferentes sentidos en el diálogo para poder reflexionar sobre la forma en la que los estímulos presenciales y virtuales condicionan la interacción y la comunicación.

Transcurridos estos dos microdebates, nos reunimos todos para contrastar nuestras observaciones, reflexiones y experiencias. Uno de los participantes Javier, tuvo la amabilidad de grabar este diálogo y compatirlo con todos.

Los participantes observadores comentaron las diferencias entre la primera dinámica (debate con los ojos vendados) y la segunda. Los participantes que había experimentado la venda en los ojos también manifestaron sus sensaciones. Se constató como la carencia de un sentido (vista) condiciona la comunicación verbal y no verbal, como reduce la asertividad de los comunicantes, como priva a éstos de la confirmación y aprobación de que son escuchados y de que son admitidas sus opiniones... La falta de percepción visual les llevó a comunicarse de manera incompleta y a evitar los registros no verbales, por ejemplo gestualidad, expresiones faciales, mímica, etc. Los usos comunicativos del espacio, los movimientos, los elementos paralingüísticos quedaron relegados al olvido. Esta simulación nos condujo a una reflexión sobre lo que ocurre en la virtualidad, cuando nos comunicamos con otros, y nos sentimos, pero carecemos de la presencialidad y el potencial de varios de nuestros sentidos. Podéis observar todos estos matices en la grabación.

Aspectos que nos parecieron destacables:
  1. Disponemos de una simulación presencial con y sin imágenes por parte de los intervinientes.
  2. Disponemos de un grupo de “observadores” que se convierten en participantes desde el comentario y la construcción de una narrativa.
  3. Disponemos de un entorno digital que puede enriquecer nuestra propia experiencia docente, comunicativa y creativa.
  4. Disponemos de un entorno presencial que integra lo virtual y nos permite una reflexión sobre lo experimentado.
Se les propone que cada grupo elabore una secuencia visual que responda a la pregunta ¿Qué significa para vosotros la comunicación total? Para ello se han colocado en el centro las fotografías. Los participantes eligen una o dos fotos, que luego contrastan con el resto de compañeros y elaboran una respuesta ordenando las fotos escogidas en una secuencia, que posteriormente explican al resto del grupo.


Con esta dinámica pretendemos recoger los aspectos más relevantes del proceso comunicativo experimentado. En las secuencias elaborados aparecen las potencialidades y las carencias de lo virtual y lo presencial, así como sus hibridaciones expresivas y comunicativas. Y aparecen cuestiones en torno a estos temas:
  • ¿Qué aporta, reduce, enriquece, distorsiona la imagen al resto de la percepción, y en consecuencia a la comunicación?
  • ¿Y el entorno digital? ¿Qué aporta, reduce, enriquece, distorsiona lo presencial al resto de la percepción, y por tanto a la comunicación?
  • ¿Cuál es el grado y nivel de interacción que permiten las redes sociales?
  • ¿De qué modo el escenario y el componente lúdico permiten explorar, compartir, aprender?
  • La virtualidad en general, con o sin mediación tecnológica, y las redes sociales en particular ¿exploran la dinámica lúdica en la interacción, juego de roles, identidades...?
  • ¿Qué retos propone la hibridación educativa entre lo presencial y lo virtual con el denominado blended-learning o b-learning?
Os proponemos esta dinámica-metáfora como reflexión:

¿Se puede educar con vendas en los ojos?

Autores del post: Jose Antonio Gabelas y Elisa Hergueta

Imagen 1: ”If I Can't See You...” de AOIFE_FIFA_20 con licencia CC BY-NC 2.0

3 comentarios:

  1. Con esta dinámica-arranque, desarrollaremos próximamente otros momentos de aprendizajes: ubicuos y fluidos. Lo lúdico será nuestra metodología, la comunicación nuestro sentido.

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  2. Resumes perfectamente la idea: aprendizaje lúdico de manera ubicua y pensando en activar todos los sentidos en nuestra comunicación teniendo en cuenta que virtualmente carecemos de ellos. Lo líquido sigue fluyendo, ... también nuestros procesos de aprendizaje.

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  3. En un ejercicio de autocrítica, entiendo que hablamos con bastante frivolidad cuando mezclamos en el mismo saco lo tecnológico, lo líquido y lo educativo. Todavía queda por demostrar que los procesos de aprendizaje mediados por la tecnología, en un estado más o menos fluido (si queremos llamarlo asi), sean significativos, y signifiquen empoderamiento.

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